El conocido neurólogo Oliver Sacks sabe que padece un cáncer terminal y le quedan meses de vida. La prensa nos ha informado de su despedida con un optimismo admirable y que debiera ser la divisa de la vida de todos para vivir cada día, sin necesidad de que la dama de la guadaña nos avise.
Este es el mensaje de Oliver Sacks con una despedida llena de optimismo:
Me encuentro intensamente vivo y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir más, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensión. Esto incluirá audacia, claridad y hablar con franqueza; trataré de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero también tendré tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)”.
Eso es lo que hay que hacer. Mas vida creativa, mas vida emocional, mas vida social, mas relajo… La vida es un regalo que merece ser abierto y disfrutado. Algunos la guardan para un día que quizá no llegue.
Tenemos que aprender de tantísimas personas que ante un accidente o enfermedad grave, cambian de mentalidad y disfrutan de la vida por los poros. Por favor, grabemos en la memoria con el anclaje de lo importante lo siguiente.
1. Recuerdo al que fuere humorista Manuel Summers, quien falleció hace ya bastante tiempo, a los 58 años de cáncer de colon y en una entrevista televisiva, cuando sabía que le quedaban meses de vida, confesaba: “Lo mas asombroso de esta situación es que te parece tan maravilloso un arco iris como un bocadillo de tortilla”.
Me impactó lo bien expresado del valor relativo de las cosas. Y es que lo pequeño y simple, se hace grande y valioso a los ojos de quien tiene los días contados.
2. También recuerdo a cierto amigo que me invitó a comer hace cinco años en un lujoso restaurante para informarme con una sonrisa, a golpe de albariño y percebes de que “Me quedan seis meses de vida porque me han diagnosticado cáncer de pulmón”. Mas allá del atragantamiento del marisco, y aclaradas las terribles circunstancias del caso, me quedó grabado cuando continuó con terrible serenidad: “Me paso las horas en vela. Sin dormir. Durante la noche hojeo nervioso mis colecciones de sellos, mis colecciones de monedas, miro los cuadros y muebles… Todo se deforma como el cuadro “La persistencia de la memoria” de Dalí, y todo te parece una estupidez. Solo piensas en el tiempo que le has privado a tu hija mientras trabajaba”. Terrible y cierto, tan cierto como que falleció a los cinco meses.
3. Por eso tenía mucha razón el cantante John Lennon con aquello de “La vida es lo que pasa mientras hacemos otras cosas”. Y por trágica ironía, un asesino se cruzó en su vida en la plenitud y le hizo perder la vida y todo lo que podía haber vivido.
No se trata de extremar el Carpe Diem y lanzarse a la orgía, desenfreno y frivolidad, sino algo tan sencillo como tener presente que vivimos un mundo de gran incertidumbre. No controlamos todas las variables de nuestra vida (salud, accidentes, disgustos, etc) y por eso debemos vivir más el presente y menos el futuro. Buscar mas momentos felices que la felicidad como meta a largo plazo. Hay muchas cosas pequeñas que nos alegran la vida.
4. Nos han educado en estudiar y aprender un oficio para cuando seamos mayores. En ahorrar para comprar un coche, piso o similar. En ir al gimnasio para ponernos apolineos. En vestir a la última. Y luego para comprar el segundo coche y el móvil de última generación, etc. Y además en hacer un seguro de vida y un plan de pensiones, y comprar una segunda residencia que apenas visitaremos… Y a veces todo lo atesorado y planificado se esfuma por un capricho de eso que llamamos destino. Eufemismo de mala suerte. Y lo peor es que en nuestro funeral alguien se lamentará de que hayamos sacrificado tiempo y energías en labores inútiles y acumular bienes terrenales, en vez de cumplir nuestras ilusiones y sueños.
Aquí recuerdo que en EE.UU no es infrecuente que en los funerales, los familiares y allegados pongan como música de tributo al finado la que fuere su melodía favorita o que le identifica. Y me pareció admirable que la mas adecuada sería la de » A mi manera» de Frank Sinatra, que por cierto recomiendo vivamente percatarse de su bella letra en subtítulos en español.
5. Ahí radica lo trágico: la mayoría de las ilusiones y sueños son pequeños y están al alcance de la mano. ¡Démonos pequeñas alegrías! ¡Juguemos a corto plazo!, ¡Más tiempo para la amistad, para el amor, para la risa!. Y no escatimemos las sonrisas que traerán insólitos beneficios para nosotros y los que nos rodean.
Se dice fácil, pero todo es posible si reflexionamos un poquito, y sin perder tiempo actuamos. Nuestra vida es nuestra y tenemos derecho y deber de apurarla, nos equivoquemos o no.