He leído el conocido y bello poema de Borges, Los Justos, dedicado a quienes desde el anonimato salvan al mundo, y no he podido contenerme a dar salida de un tirón, ante la que está cayendo, a este poema de verso libre, del que soy culpable:
HÉROES EN SILENCIO
Un médico que suda bajo la mascarilla
Una enfermera que yace bajo la mortaja
Un político que no recita partituras electorales
Una limpiadora que limpia sus lágrimas
Unas periodistas que gritan verdades
Niños con la rutina rota
Maestras que enseñan sin tiza
Dos reponedoras reponen a distancia
Ancianos encerrados con sus recuerdos
Cien policías que soportan la ignorancia
Empresarios deprimidos con persianas bajadas
Miles de funcionarios en silenciosa alerta
Religiosos que rezan por todos
Despedidos que no se quejan
Los que consuelan a los que están solos
Los que investigan la vacuna
Los que conducen autobuses silenciosos
Los que aceptan el reto mas duro
Los que aprenden del presente
Los que suspiran por un futuro
Los que han muerto y no se lo explican
Los que han sobrevivido y lo agradecen
El que ayuda al vecino
El que aplaude al héroe
Los que siguen por el buen camino
Todos en la misma barca
Todos remando
Eso nos reconforta
Para vivir con dignidad
Lo que de verdad importa
👏🏻👏🏻👏🏻
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Hoy se cumple el 168 aniversario del nacimiento de Don Santiago Ramón y Cajal. Artista, fotógrafo, doctor, científico, jugador de ajedrez, fisicoculturista, editor y padre de la neurociencia moderna.
El genio, que por su condición es eterno, utilizaba la expresión «mariposas del alma» para referirse a las neuronas ( cuya existencia descubrió y le valió un nobel) y decía abrazar «la religión de los hechos» como lema vital.
Pues bien, José Ramón, de eso, precisamente, de mariposas del alma y de religión de los hechos, y también de otras cosas, de un trocito de todos nosotros y de una barca de esperanza donde cabemos todos, están hechos tus libres versos.
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Estimado Felipe, disculpe que le escriba de esta manera. Tras muchos años de leerle, le confesaré que con más interés si cabe que al maestro JR, me gustaría que usted tuviese su propio blog para seguir aprendiendo de cada una de sus reflexiones. Sencillamente le hago el ofrecimiento pues todo lo que dice… me llega al corazón. Un abrazo
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Su generosidad para conmigo, estimado José, es a todas luces inmerecida.
Mis capacidades, guárdeme el secreto, aunque esforzadas son limitadas. Mi pudor y mi miedo al ridículo, se lo digo en confidencia, aunque invisibles (a los ojos de los demás) son vigorosos y tenaces. Mi deseo de conmover y llegar a los sentimientos, se lo reconozco con lamento, en demasiadas ocasiones cae en la indiferencia, el fracaso o el vacío. Mi nivel de exigencia y autocrítica, se lo confieso sin arrepentimiento aún a sabiendas de que ello impida la absolución del pecado, es insobornable, a veces insoportable y casi enfermizo.
Por ello, y por otras razones, soy, me siento y quiero ser, en palabras del gran Rafael Azcona (guionista de Berlanga y para mí referente), actor de reparto, y no principal. Ese que huye de protagonismos y está siempre dispuesto a hacer pequeñas escenas y papeles de acompañamiento (no por ello ello menos importantes en el devenir de la historia). Ese que sabe adaptarse a -casi- cualquier personaje y darle un pequeño toque personal para distinguirlo (sin desnaturalizarlo), dignificarlo y mantener el interés de la obra. Ese que actúa bajo el acogedor abrigo, la tranquilizadora tutela y la invisible dirección (siempre generosa y receptiva a sugerencias) del maestro Don José Ramón Chaves García. Por eso, y por otros motivos, mientras no se baje el telón, y no me eche/n de la Compañía, me gustaría tener el honor de seguir siendo un humilde actor de reparto de la misma.
Perdón, por hablar de mí mismo, discúlpenme. Pero a un corazón abierto y generoso no se le cierra la puerta, ni se le trata con silencio. Gracias, muchas gracias, José. Si alguna vez me viera capaz de llevar a cabo su sugerencia, intentaría que fuera usted el primero en saberlo. Quedo a su disposición.
Un abrazo
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LOS OTROS
Dos Españas se encuentran enfrentadas
una ayuda, otra esparce la cizaña,…
Cruel destino el de la verdadera España:
repetir siempre historias malhadadas.
La Parca está blandiendo su guadaña,
Discordia da frutas envenenadas
a quien odia a las gentes hermanadas
y el bienestar de todos enmaraña.
Los Otros, calladamente trabajando,
luchan a vida o muerte con la Parca
y réditos políticos van sacando
aquellos que emponzoñan esta charca,
su trabajo y su riesgo despreciando,
sin importarles si así se hunde la Barca.
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