La entrevista concedida por el escritor Vargas Llosa para el Diario el País (24/10/15) nos ofrece en algunas respuestas, una valiosa enseñanza sobre la necesidad de sentirse vivo y la receta para hacerlo. Son consejos valiosos por proceder de quien ha cosechado éxito (la cumbre marcada por el Premio Nobel de Literatura 2010, tras el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006) y ha pasado por situaciones complejas, personales y sociales, además de tener sea clarividencia que da haber vivido mucho, haber leído más, haber escrito bastante, haber conversado con libertad y haber escrutado la realidad con criterio propio. Veamos las enseñanzas, tal y como las relata con los fragmentos que he seleccionado.
- Baila mientras puedas.
Hace poco he visto en Nueva York la magnífica exposición sobre Hemingway. Es impresionante comprobar cómo por un lado existe la cara pública de este personaje, un aventurero, boxeaba, cazaba, pescaba, corría toda clase de riesgos, daba la impresión de ser un hombre que vivía la vida en toda su riqueza. Y en realidad te das cuenta de que era una fachada, que detrás de eso había un hombre desgarrado, con depresiones, desmoralizaciones, que buscaba en el alcohol una especie de salvación que no conseguía, que la lucha contra la impotencia, contra la falta de memoria, fue un drama de los últimos 10 años de su vida y que, al final, acaba matándose derrotado por esos demonios de los que nunca pudo liberarse. En un momento dado, la literatura ya no le sirve, ya no lo defiende, ya no lo redime. Yo espero que en mi caso nunca llegue ese momento. Al mismo tiempo uno tiene que aceptar la muerte, no tiene sentido rebelarse contra lo irremediable, pero es muy importante llegar vivo hasta el final, no morirse en vida, es el espectáculo más triste que puede dar un ser humano, perder las ilusiones, convertirse en un ser pasivo. Hay muchísimos casos y no solo de escritores, pero es el espectáculo que siempre me ha parecido más lamentable. A mí me gustaría llegar vivo hasta el final.”
- Nadie puede pretender ser feliz a tiempo completo: busquemos momentos felices.
nadie que no sea un tonto es feliz siempre, es imposible ser feliz siempre, pero creo que he vivido más momentos de felicidad que momentos de dolor y de sufrimiento, sin ninguna duda”
procuro también no quedarme inmóvil ni intelectual ni físicamente, es importante moverse, siempre me estoy moviendo y voy a seguir moviéndome mientras pueda»
Ya su discurso en Estocolmo con ocasión del Premio Nobel de Literatura se ultimaba con esta significativa frase:
tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.
- La tenacidad ayuda a sacar lo mejor de uno mismo y de la vida
Le debo a Flaubert, haber demostrado que si no tenías un talento natural, que si no nacías genio, podías llegar a ser un buen escritor a base de perseverancia, de terquedad y de esfuerzo.
5. Finalmente, cabe saborear la vida con los ojos abiertos, sin grandes retos, pero sin quedarse rezagado en la molicie. No convertirse en momia antes de tiempo. Nos lo enseña lúcidamente, en su discurso del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015, el director de cine Francis Ford Coppola, quien en su día ofreció sabios consejos para el éxito en la vida profesional:
Me presento ante ustedes no tanto como el caballero de la triste figura, Don Quijote de la Mancha, sino más bien como su escudero Sancho Panza deseando sólo no estar continuamente manteado y azotado sino simplemente cuidar de su jumento y quizá tener una buena comida.
En definitiva, la vida es un regalo y el reloj del universo no se detiene pero sí el reloj de nuestro corazón, y antes de que eso suceda bien estará haber aprovechado el viaje con ojos y mente abiertos, saboreándolo. Pararse, cerrar los ojos y guardar silencio está bien para la meditación tibetana y para cuando estemos en un panteón, urna o tumba. No esperemos una enfermedad grave para replantear nuestra vida.
Mientras tanto, afrontemos el reto del título de la autobiografía de otro autor mas apagado: “Camina o revienta”. Esa es la única encrucijada y nosotros somos los dueños de la decisión.
En este 25 de noviembre, de cambio horario y llovizna, me he despertado, y acurrucada entre las sabanas, primero he escuchado la radio, y después he leído tu entrada, Jose. En el silencio de la habitación en penumbra he recibido la noticia de que Nacho Mirás, periodista de La Voz de Galicia, falleció esta semana tras una larga pelea contra el cáncer de cerebro que relató en primera persona en su blog,
rabudopuntocom. «Me marcho a las Cruzadas», decía el 1 de enero de 2014, cuando le acaban de dar el diagnosticar de lo que dio en llamar «inquilino de renta antigua». Esas reflexiones, sobre la vida y la forma de afrontar una enfermedad tan devastadora, quedaron recopiladas en un libro excepcional, «El mejor peor momento de vida», donde con humor y pericia, fina ironía y belleza, el periodista hace comentarios bajo títulos cautivadores: o “Quimio, quimio, assim você me mata”, “Día completo, día Comansi”, “Rajoy tiene razón: ¡Tengo brotes! (en la cabeza)”. Aun conmocionada, por lo mucho que admiraba a Nacho, y el cuanto, de calidad, que aprendí de el, he abierto la ventana, he accedido a tu Blog y he leído tu entrada, Jose, recordando mi lectura de ayer de la entrevista a Vargas Llosa. Deleitándome con este canto al momento, al entusiasmo de vivir, al bailar entre pensamientos y jardines, y acurrucándome entre las sábanas he sonreído, con afecto: por Nacho, al que no conocí, pero sentí con su palabra escrita -sigue disfrutando allá donde estés-, y por vosotros, mis amigos, entre ellos tu, Jose, porque sois capaces de dar sentido a este Viaje y me arropáis siempre, cada vez. Así, en un domingo de otoño, mirando desperezarse el día, una puede tener fuerzas para seguir, y canturrear bajito….
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DISFRUTA DEL CAMINO
Disfruta del camino sin pensar en la meta,
quítale las espinas al rosal
y a la malaventura pon a dieta,
haz que la vida sea vida hasta el final.
Si se apaga la llama y la dicha se agrieta,
cambia el color de tu viejo cristal
y vuela alto como la cometa,
haz de ese frío invierno algo primaveral.
Más vale un breve hoy que un eterno mañana
y un ya más que un lamento del ayer,
más un ahora en mano que multitud volando.
Que aflore la ilusión a hora muy temprana
y su cara anochezca de buen ver,
que de verde se vista, que se vaya acercando.
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