Una sonrisa no solo demuestra placer, complicidad o alegría. Sonreír hace feliz a los otros y nos hace sentirnos mejor antes y después de hacerlo. El mejor maquillaje es una sonrisa natural.
Existe una conexión entre el gesto facial de sonreír y el beneficio emocional. Los psicólogos lo llaman la «retroalimentación facial».
Cuando vemos sonreír a alguien experimentamos el «efecto espejo» (la risa y la sonrisa son contagiosas) con una tendencia a bajar la guardia, a la conexión emocional, a sentirse bienvenidos. En cambio, un gesto adusto provoca la alerta, el distanciamiento emocional y una hostilidad preventiva.
1. Sin embargo, no todas las sonrisas que se perciben tienen el mismo significado, pues hay «sonrisas de circunstancias».
- La sonrisa del payaso. Es artificial pero nos invita a sentirnos cómodos y a reír.
- La sonrisa del padre o madre. Nos hace sentir cómodos en el nido con el bienestar de la discreta aprobación.
- La sonrisa del jefe, del profesor o de la autoridad. Comunica aprobación y tranquilidad.
- La sonrisa del achispado (por la bebida, drogas o experiencias de vértigo). Es fruto del aturdimiento y efímera.
- La sonrisa nerviosa, sea de quien sea. Envía un mensaje de cautela.
2. En cambio, las sonrisas que esbozamos o liberamos espontáneamente, por el placer de sentirse cómodo en la presencia de los demás o ante un paisaje o con la lectura de un libro o percepción de una obra de arte, tienen significado positivo: nos hacen parecer mas jóvenes, los demás confian mas en nosotros, alivian el estrés y libera endorfinas, o sea, protección contra las enfermedades.
Hay otras sonrisas positivas, vitalistas y que nos rejuvenecen. La sonrisa mas sana y natural es la que brota del enamorado, tanto en presencia de la pareja como cuando está solo, que es sincera y nos hace sentir en conexión con ella y con el universo.
También la sonrisa que brota tras una noche de sueño tranquilo, profundo y descansado, o de una siesta reparadora, que revela energías para afrontarlo todo. O la sonrisa que exhibimos cuando hemos superado nosotros o los que queremos un trance de enfermedad grave.
La buena noticia es que la sonrisa (o sonreír) es beneficiosa. De hecho, en un reciente estudio del Instituto Max Planck en Berlín, basado en preguntar a un grupo amplio de hombres y mujeres que adivinasen las edades de los rostros de más de 1.000 fotografías, se encontró con que las imágenes con caras sonrientes fueron votados como dos años más jóvenes en promedio que las imágenes de las mismas caras sin sonreír.
Es simple pero evidente: ¿acaso no invade una sensación muy distinta examinar el cuadro de la enigmática Gioconda de Leonardo, que el cuadro inquietante de El Grito de Eduard Munch?.
3. No se trata tanto de sonreír por ser felices sino de sonreír para ser felices. La sonrisa no solo es el efecto sino la causa.
Así, sonreír de verdad, o sea, no solo elevando las comisura de la boca sino flexionando las comisuras de los ojos, provocará notables beneficios, para usted y para los que le acompañan.
La sonrisa nos hará mostrarnos mas jóvenes, mas bellos y mas sanos.
La sonrisa es un pararrayos natural para las relaciones sociales, que nos abre las puertas de la amistad de gente sana, pues la primera impresión marca y bien está ir armados en la presentación de una sonrisa.
Además la sonrisa es clave para negociar o solventar situaciones difíciles.
Recordemos que Yoko Ono nos dejaba un consejo valioso, y divertido:
Sonríe ante el espejo. Hazlo cada mañana y pronto verás bellas diferencias en tu vida.
En fin, que ir con la sonrisa puesta es una excelente carta de presentación. Cuesta poco y da mucho.