Hablar y comunicarse Reflexiones vigorizantes

Encadenados a los móviles

iStock_92718877_MEDIUMLo confieso, estoy encadenado al móvil. No para jueguitos ni para asomarme a las redes sociales, ni para alimentar mi ego por si alguien se acuerda de mí. No. Estoy encadenado porque si lo olvido en casa me siento desnudo, porque si no lo miro de reojo, me siento incómodo y porque es mas fiel que un perrillo. Ladra cuando yo quiero, juega conmigo y duerme a mis órdenes. De hecho, la comprobación de las pertenencias habitual al entrar y salir de los lugares pasa por la cartera y el móvil, aunque nos dejemos el paraguas o la chaqueta, pero el móvil…¡ nooo!.

Sin embargo, el otro día estuve en una biblioteca pública ( ¡Sí¡ ¡¡ Fui yo!! ¡¡ No me denuncie!!). Estaba casi vacía y me senté a hojear algunos libros sin rumbo fijo. Entonces escuché el móvil de un lector próximo que se aproximó a apagarlo sobresaltado. Cuando volví a enfrascarme en mis cosas, nuevamente sonó un móvil mas allá; en este caso, el chico lo acercó y creía susurrar mientras los demás escuchábamos su detallado plan nocturno. En esa situación, en vez de mirar los libros, observé a otros usuarios de la mesa de al lado. Allí estaban inclinados sobre sus móviles sobre la mesa, muy silenciosos (quizá por la presunción de inocencia, estaban leyendo libros electrónicos en sus móviles). Pero lo mas grave es que yo mismo me sentí culpable pues al lado de mi libro había depositado cuidadosamente el móvil, como un vaquero su revólver.

Cuando salí a la calle me fijé en la enorme cantidad de peatones que iban hablando o mirando el móvil. Y cuando recogí a mi hijo de 12 años a la salida del colegio, nada más salir de la verja, la inmensa mayoría de los alumnos se abalanzaba sobre sus móviles. Fruto de esta experiencia viene la consecuencia…

AtencionfacebookEsta divagación viene al caso porque creo que ha llegado la hora de que las señales en la calle hagan su labor. Unas señales en calles de máximo tránsito que prohiban el uso del móvil, y así evitar los tropezones sin cuento, que los hay.

Otras señales en espacios públicos que son para la tranquilidad, como los parques, que prohiban igualmente el uso de los móviles.

Sencillamente creo que en ambos casos se ganará en sociabilidad ( habrá que hablar con personas y ver el rostro de personas, que nos pasarían inadvertidas si la mirada está estampada en los móviles) y en otros se ganará en serenidad (al permitirnos reflexionar sin interferencias).

También creo que mas allá de prohibir el uso del móvil en los vehículos, visto que somos incorregibles, debería prohibirse llevarlo a la vista y obligarse a guardarlo en el maletero ( no digo guantera porque siempre alguien haría malabarismos para cogerlo), o sea, quitar la ocasión para quitar la tentación.

E incluso, aunque sea tirar piedras contra mi tejado, el móvil personal no debería usarse en el trabajo sino depositarse en bandejas a la entrada o en consignas ( creo que para muchos sería mas insoportable que cuando prohibieron fumar).

b246c27d52ab4a8198121618ba25ab76En fin, muchos recordarán aquél viejo dicho libertario (“Prohibido prohibir”) pero lo digo a modo de reflexión autocrítica y porque empiezo a ver grandes beneficios sociales de estas pequeñas prohibiciones. Desde luego, no soy un amish pero todavía creo que podemos controlar la tecnología antes de que nos controle ella.

Además tampoco hay que rasgarse las vestiduras por el sacrificio ya que hay sitios donde dócilmente aparcamos el móvil (iglesias, tanatorios, hospitales,etcétera). O sea, que podemos si queremos.

Y ya que en los móviles no se pone, como en las cajetillas, lo de “Prohibido porque puede causar daños a su salud mental y vida social”, pues al menos que los Ayuntamientos tomen algunas medidas por la ciudadanía. Al fin y al cabo, hoy día hay infinidad de iniciativas públicas extravagantes sobre tonterías  políticamente correctas que nos mueven a la mueca o la sonrisa, por lo que no está de más alguna iniciativa realmente útil en términos de calidad de vida.

Por mi parte, comenzaré a dejar el revólver en casa y si tengo que amarrarme al mástil como Ulises para no escuchar sus tonos de sirena, lo haré.

En fin, tómese como un grito en el vacío.

charlie-chaplin---the-charming-clownPara seguir dando patadas al yunque:

1 comentario

  1. Buenas noches, otra vez, sus reflexiones, me recuerdan a mi día a día. En el trabajo tengo, a mi lado, siempre que puedo , el móvil, por si acaso, pasa algo, bueno o malo , quiero enterarme. En alguna ocasión, lo he olvidado en casa y ese día , no estoy a gusto, me cuesta más concentrarme. Aunque , aún teniéndolo presente, hago buen uso de mi móvil, porque mi trabajo me gusta y absorbe!!! Buenas noches

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