Comentarios en: Soy raro, no participo en webinar https://vivoycoleando.com/2020/07/11/soy-raro-no-participo-en-webinar/ Mil y una cosas que nos hacen sentir vivos Sun, 12 Jul 2020 10:58:59 +0000 hourly 1 http://wordpress.com/ Por: Teresa https://vivoycoleando.com/2020/07/11/soy-raro-no-participo-en-webinar/#comment-51771 Sun, 12 Jul 2020 10:58:59 +0000 http://vivoycoleando.com/?p=13621#comment-51771 Estoy muy de acuerdo con usted! Me alegra su actitud y coherencia!

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Por: FELIPE https://vivoycoleando.com/2020/07/11/soy-raro-no-participo-en-webinar/#comment-51636 Sat, 11 Jul 2020 15:41:35 +0000 http://vivoycoleando.com/?p=13621#comment-51636 Quienes tenemos la suerte de seguir descubriéndole a diario sabemos de su personalísimo e insobornable aprecio por el valor de lo auténtico.

Para usted, la proximidad personal, el encuentro de la mirada, el sentir la respiración del que escucha, lo espontáneo, la magia irrepetible de lo original (que, como Júa de San Juan, una vez mostrado es quemado e inutilizado), la complicidad, la empatía o la confianza son imprescindibles para una comunicación de verdad. De hecho, para usted, la auténtica comunicación es la presencial y compartida (sea inmediata -en el mismo lugar-, sea mediata -a través de sus blogs y escritura-) porque: es directa y natural; tiene vida propia; carece intermediarios; y, aunque no exenta de vulnerabilidad y peligros, es la genuinamente humana.

La rápida absorción de nuevas gramáticas de la comunicación virtual (webimar) por gran parte de la sociedad, lejos de haberle hecho cambiar de opinión, se la ha reforzado (véase su artículo de ayer «La cita previa de la Administración: un virus jurídico que se extiende»). El propio cliché (por silenciado que esté) de la webimar, su despersonalización y frialdad, sus peligros y posible manipulación (distancia sin olvido) y su interesada utilización por ilustres desconocidos (que buscan aprovecharse -de su reputación- o hacerle daño -mangoneando o descontextualizando lo que diga-), le ha llevado a convencerse del ¡no, gracias!. Así lo confirma el desenlace (brillante, sutil y complicado en su aparente sencillez) que cierra su discurso en alto y supone un retorno al origen.

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