Hoy día todo parece que se nos sirve visualmente y sin esfuerzo. Google nos facilita información, la televisión nos vierte películas y documentales. Los aparatos musicales nos sueltan melodías. Diríase que no hay espacio para la creatividad. La mente se vuelve perezosa y no descubre el oro en el yacimiento que se abre a sus ojos.
Sin embargo, se hace preciso que abramos los ojos de la mente, que miremos las cosas con curiosidad, que seamos consumidores activos que se preguntan las cosas y entonces un nuevo mundo se abrirá ante nuestros ojos. Lo primero no es «mirar» sino «ver» (o sea, captar la esencia de las cosas): lo segundo no es «actuar» sino «cuestionar» (o sea, preguntarse por las razones de las cosas que no son tan evidentes como parecen).
Veamos dos anécdotas significativas.
1. La primera consiste en una entrevista que leí en una revista de este pasado domingo en que Mike Walsh, consejero delegado del laboratorio de investigación Tomorrow contaba un curioso ejemplo de iniciativa empresarial:
En un pueblo pequeñito del interior de China que solo contaba con una lavadora esta se estropeó. Un jefe de la marca mandó a su ingeniero que la arreglara y se encontraron con los filtros llenos de arena. ¡La estaban utilizando para lavar patatas! Este ejecutivo mandó diseñar el modelo mas potentes para lavar las patatas y es la lavadora mas vendida en China».
Es un ejemplo de como no hay que quedarse en «reparar» sino en mirar adelante y convertir el problema en oportunidad. Si conseguimos mirar las cosas, los incidentes con ojos inquisitivos (¿por qué?, ¿cómo aprovecharlo?) obtendremos grandes beneficios.
Es una especie de gimnasia mental. La diferencia entre ser alguien pasivo (un espectador) y alguien activo (un actor).
2. La segunda anécdota versa sobre la gran aportación de Sony al mundo de los Walkman, y que fue conectar dos auriculares a la radio en vez de uno. Antes se conectaba a las radios y radiocassettes un solo auricular a un solo oído, y a alguien se le ocurrió algo tan simple que si teníamos dos orejas bien estaba tener dos auriculares. El resultado fue revolucionario pues todo el mundo disfrutaba para sí solo de la música estereofónica.
La enseñanza es que no nos detengamos en lo obvio sino que nos preguntemos y propongamos cosas. Nos sorprenderá.
Con razón Charles Baudelaire afirmaba «El que mira a través de una ventana abierta ve menos cosas que el que mira a través de una ventana cerrada.». El primero mira con los límites de los sentidos y el segundo ve con la imaginación sin barreras.
Y si necesitamos ayuda, ahí les recuerdo los 15 hábitos que nos harán mas creativos y originales.