Acaba de presentar el director de cine Woody Allen a sus 79 años su última película (“Irrational Man”) y nos brinda algunas perlas, que tienen la virtud de encerrar una píldora de filosofía para la vida y que nos proporciona adrenalina para disfrutarla.
1. Escuchemos a mi admirado Woody Allen:
Primero.- La visión amarga que es el punto de arranque de reflexión:
Todo lo que creas en tu vida se va a evaporar. El universo desaparecerá. Todo lo que hizo Shakespeare o Miguel Ángel, todo va a desaparecer por mucho que lo cuidemos. Así que mi conclusión es que la única forma posible en la que puedes afrontarlo es con distracciones».
Segundo. La receta
No hay respuesta positiva para la vida (…) la vida tiene su propia agenda y te pasa por encima, así que lo que hay que conseguir es «algo que te permita explicar por qué la vida vale la pena vivirla».
Tercero. Aplicación sobre creencias y religiones
La gente necesita algo para creer en sus vidas (…) eligen religiones y toman decisiones irracionales”. En su opinión, da igual que iglesia católica o cualquier otra religión haya demostrado que no funciona, porque lo que importa es que da una razón para vivir.
2. Me deja un poso agradable y que deseo compartir.
Si la vida es un océano, a veces con aguas mansas y otras turbulentas, podemos dejarnos llevar o nadar. Lo de menos es el estilo de nadar (mariposa, crol, braza espalda, etc). Lo importante es flotar y nadar.
Las creencias son el flotador que nos ayuda a flotar, y sin él, podemos hundirnos.
De ahí la importancia de tomarnos de vez en cuando un respiro, reflexionar, leer y discutir, rumiar ideas y finalmente, obrar en consecuencia.
Cuando era niño no cuestionaba nada de lo que me administraban. De adolescente las dudas crecían. De adulto llegué a dudar de casi todo, y ahora estoy en trance de ser un cascarrabias que se resiste a cambiar de opinión, aunque intento con todas mis fuerzas abrirme a ser tolerante con todo tipo de opiniones.
Es tan importante no atrincherarse en creer que tenemos el monopolio de la razón como en no atribuírselo a los demás.
Poder pensar sobre como y quien somos, sin ideologías impuestas es un regalo. Poder fijar nuestro propio ideario antes de ser esclavizado por el de otros es un don de la vida. El otro día me estremeció la noticia de que el dictador de Corea del Norte Kim-Jong-il había ejecutado a su ministro de defensa por dormirse en sus discursos y sentí lástima por dos generaciones de ciudadanos sin libertad de pensar, de elegir y de dudar. Una vida que viven una vez y en realidad sobreviven físicamente y los asesinan mentalmente.
3. Curiosamente en el mismo periódico me tropiezo unas frases llamativas de un tal Marc Almond que ha editado un nuevo disco, que no me interesa nada, aunque sí lo que dice.
Primero dice:
El tiempo que llevo vivido es mayor que el que me queda. Esa mirada me ayuda a comprender mejor las lecciones por llegar
Después termina:
Mejor hacer todo lo que pueda ahora. Ya habrá tiempo para descansar cuando esté muerto.
Y lo asumiría con un sutil cambio: «Mejor pensar todo lo que pueda ahora. Ya habrá tiempo para no pensar cuando esté muerto».
4. En suma, creo si tenemos ese regalo de la evolución que es un cerebro prodigioso y además las revoluciones sociales (francesa, americana, socialista, etc) nos han proporcionado un clima de libertad, tenemos que usarlo. Pensar y actuar. Quizá no sabremos donde nos lleva la vida pero si podemos estar seguro de que si no nadamos, si no creemos en algo que nos explique que diantres hacemos en el remolino, seremos tragados y además sufriendo perplejidad.
En fin, unas gotas de filosofía barata siempre ayudan y si bien de alguien como Woody Allen que ha mostrado predilección por mi ciudad, pues mejor.