El ataque terrorista múltiple en París con un balance de mas de cien veinte muertos y doscientos heridos sacude la mente de los que creíamos en un mundo civilizado, donde la vida importa, donde se muere de forma natural, donde los Estados alcanzan acuerdos y donde los pueblos educan a sus ciudadanos en el respeto a unos valores mínimos.
El Derecho intenta poner orden en el caos, pero las alarmas saltan. El reciente avión civil derribado en Egipto con mas de doscientas personas nos hizo estremecer. Sin embargo, nuestro subconsciente nos protegía: es un incidente lejano, el lugar y los implicados no nos son conocidos, dudas sobre la causa del accidente, etc.
En cambio, el cuadro dantesco pintado por este ataque terrorista nos impresiona como un Guernica resucitado por sus singulares circunstancias. No podemos permanecer impasibles.
1. Veamos la cara del horror que nos invade tras este atentado (duele no poder decir «último» atentado):
- En Francia, un Estado que es la cuna de las Declaraciones de Derechos y del control del poder, con un modelo jurídicamente centralizado que asegura altas cotas de control.
- En París, la capital del mundo y de la cultura, y del poder diplomático.
- En un país fronterizo con España y con amplios lazos culturales
- Un ataque indiscriminado: ciudadanos sin otra culpa que haber acudido a un restaurante, haber asistido a un concierto, disfrutar en una terraza, pasear cerca de un estadio o un centro comercial.
- Un ataque impune pues se han inmolado o muerto los terroristas y los instigadores siguen su hoja de ruta hacia el infierno (Estado islámico, ideólogos fanáticos, etc)
2. Sobre todo me inquieta e irrita que pueda un puñado de canallas tener un “lavado de cerebro” que les lleve a cometer esta atrocidad y a inmolarse. Terroristas que fueron bebés y niños; terroristas que tienen familia; terroristas que demuestran unos mínimos de racionamiento para preparar minuciosamente el atentado…
3. Tristemente, parece que la respuesta jurídica y de castigo del Estado es la del elefante que se revuelve ante el picotazo del alacrán: lento mientras la alimaña se esconde entre las piedras.
Hemos asistido al reclutamiento de niños para la violencia, a la ejecución a machete y ante las cámaras, a los atentados terroristas como respuesta –Charlie Hebdo–, a los atentados preventivos como el avión ruso, y ahora a los atentados indiscriminados contra población civil sin explicación.
4. Lo peor de todo es que los Estados occidentales se muestran vulnerables a estos ataques. De nada sirve atajar a los terroristas tras el atentado. Nuevos fanáticos seguirán la senda de sus héroes inmolados y jugaran como una rata infecciosa con un gato doméstico.
Como el mítico Hércules hay que atacar esta hidra ponzoñosa con energía y astucia. Recordemos la estrategia del héroe: primero, Hércules disparó sus flechas al monstruo acuático con nueve cabezas de serpiente con aliento venenoso, para obligarla a salir del agua de la laguna de Lerna; cuando la Hidra salió del agua Hércules le aplastó la cabeza con una maza, pero por cada cabeza que Hércules cortaba a esta le salían otras dos. Como la lucha nunca se acaba, Hércules cambió de estrategia y fue quemando las cabezas una por una, y aplicó fuego de una antorcha sobre cada cuello para cerrar la herida e impedir que rebrotasen.
Cuando a la hidra le quedó solo una cabeza, Hércules la cercenó y luego la cortó en muchos pedazos que luego enterró.
5. ¿Acaso la lucha frente a este germen virulento no debe ser la educación intensa de la ciudadanía en valores auténticos?, ¿acaso el Estado islámico no está reclutando a descontentos, jóvenes alienados, aventureros de medio pelo, a los que brinda el sueño de un Califato imaginario donde sus sueños serán colmados?, ¿no es hora de que de una vez por todas, la cooperación internacional supere declaraciones vacías y juegos diplomáticos, para que “estrangule” el llamado Estado islámico y se aplasten sus viveros de canallas?, ¿por qué no hacer el esfuerzo internacional de ponerse de acuerdo los Estados civilizados en despejar al Estado islámico de los territorios sirios que controlan y que consideran una especie de “Jerusalén a la islámica”, donde cumplir las profecías de su desfigurado Mahoma?, ¿no es el momento de que los países islámicos colaboren de una vez, bajo la presión euroasiática y estadounidense, para luchar contra ese Estado islámico cuyos principios no tienen nada que ver con el Islam, mas que una lectura infantil y pervertida de la religión?, ¿acaso no ha de ejercerse la máxima presión sobre los líderes religiosos islámicos para que condenen esta interpretación despiadada del Corán?
6. Si no reaccionamos, como países civilizados astutos, seguiremos soportando esta interminable crónica de atentados. Y como se decía en cierta película de Tarantino: “Cuando le quitas la vida a una persona, le quitas todo lo que tiene y todo lo que podía tener”. Y añado, cuando un Estado es incapaz de garantizar la paz y la seguridad de los ciudadanos, no es un Estado soberano. El soberano, quien manda, son un puñado de miserables que manipulan con ideología y fanatismo a una legión de insensatos.
Menos declaraciones y diplomacia de pasillo y mas realidades. No es fácil, pero no actuar es la peor de las actuaciones. Cuando se quiere, la energía de los Estados se demuestra y ahora está en juego el bienestar y la paz de todo el mundo civilizado. ¿A qué esperamos?
Chapeau, Vive la liberté, vive la France.
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Sin razón, barbarie y desencuentro infinito entre culturas y creencias. Tristeza. Miedo. Desesperanza (….) pensamientos y palabras que surge ante tamaña tragedia. Mientras el mundo sigue girando. Y yo, desde Teruel, os cuento, que también hay lugar, hay lugares, para la concordia y el amor. Tras un paseo matinal, pienso en la belleza que dejó otro pueblo, con creencias y cultura diferentes, entre las calles de esta ciudad: el arte mudejar, delicado y virtuoso, hermoso. No sembró muerte, como esta noche lo han hecho en y con París. Después, en el Congreso del Amor con mayúsculas, hemos guardado un minuto de silencio, y tras extraordinaria la Conferencia de Sylvia de Bejar, se ha concluido que hay que dedicar más tiempo al Amor pues la incertidumbre de que será lo que nos pueda ocurrir en cualquier momento es grande. (…) Amemos. No matemos.
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OTOÑO ROTO EN MIL INVIERNOS
Cuando en el corazón anochecido
de París el invierno su puñal
clava, cae noviembre malherido
y leve como polvo de cristal.
Al césped llega el eco de la muerte
que con fervor se adueña de la luna,
en sangre el heavy metal se convierte
y el fanatismo a la tristeza acuna.
Un viernes de dolores en el bar
se acodan los fusiles en la barra
y al grito de “Alá es grande” abren fuego.
Galopa el duelo por el bulevar,
terror el sinsentido despilfarra
de la barbarie es su álter ego.
Que se acabe ya el juego,
que a mejor vida pasen las células durmientes
y que no pulvericen las pistolas más puentes.
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Gracias, totalmente de acuerdo en todo. Por parte de todos los paises, que en este tema, se pongan plenamente de acuerdo, con la lucha contra este tipo de terrorismo.
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Evidentemente solo puedo estar de acuerdo.
Salvo en lo de la frase: en realidad es de Clint Eastwood en » Sin perdón».
«Matar a un hombre es algo muy duro, le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría llegar a tener»….
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Cierto, y gracias, cuando entra el Derecho en la memoria, el cine sale por la ventana😀
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