Me he tropezado casualmente con una sencilla frase que habla grandes cosas por sí misma: “En el bosque no hay Wi-Fi, pero te aseguro que ahí encontrarás una mejor conexión”.
Me ha encantado el mensaje:
- En vez de “mirar” la naturaleza tenemos que “observar” la naturaleza.
- En vez de arrastrar por calles y despachos, las cadenas de los móviles y gadchets como fantasmas en pena, resucitaremos si confiamos en nuestros sentidos y nuestra mente.
- “Conectar” no es solamente sentirse en red wifi, o en una red social virtual, sino sentirse en inmersión con la vida real, y en la naturaleza. Nada de fotones, ondas, bits, facturaciones y otras jergas telemáticas que ni se ven ni alimentan el espíritu. “Conectar” realmente, es dejar ir la mente suelta, sentir la respiración, dejarnos sin rumbo.
No podemos olvidar que el mejor Smartphone es nuestro cerebro:
- Es “móvil” pues va con nosotros (“no nos lo quitamos de la cabeza”).
- Tiene mayor capacidad de batería. Normalmente dura lo que dura la vida útil de la carcasa del cuerpo.
- La memoria RAM o memoria de trabajo alberga mas datos y funciones.
- La tarjeta de memoria puede llevarse en el bolso o bolsillo con una agenda, libreta, libro o cualquier artilugio para almacenar datos.
- Permite “navegar”… con la imaginación, lo inimaginable.
- El procesador es impresionante: cien mil millones de neuronas estimuladas por neurotransmisores. Además es un artilugio con plasticidad, esto es, con capacidad para reorientarse y tomar iniciativa, esto es, que se recompone como Robocop, técnica que dominan las lagartijas con su rabo pero que ningún moderno Smartphone consigue.
- No hay realidad mas virtual que la generada por el cerebro (capaz de concebir universos, razones, sensaciones y emociones), ni capacidad de manejo de mayor número de “aplicaciones” (sensorial, sexual, imaginativa, racional, intuitiva, motora,etc).
Eso sí, no lo hay en todos los colores. Funciona mejor con la “materia gris”.
Y aunque el cerebro como la dinamita puede tener fines legítimos y fines destructivos, y puede dar lugar a cerebros excelsos y otros descerebrados, la inmensa mayoría tenemos la llave para sacarle sabroso fruto.
Por eso, aprovechemos a sacar partido de lo que tenemos, no delante de nuestras narices, sino un poco mas arriba y hacia el interior: ¡nuestro prodigioso cerebro!. ¡¡Que nadie pueda decir algún día que estaba poco usado!!.
Y si aparcamos los artilugios tecnológicos (para evitar la involuntaria “ceguera de la atención” o la sobresaturación informativa) y sencillamente meditamos o nos molestamos en ejercitar el cerebro con la sana curiosidad, la lectura y la conversación, los beneficios serán espectaculares.
Al menos lo intento, y reconozco que me cuesta conseguirlo. Por eso, cuando flaqueo vuelvo a ver el video look up… maravilloso
Estimado José Ramón, pides lo imposible.
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Excelente reflexión, señor Chaves.
M. Delbal
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