Leo una entrevista al cirujano Diego González Rivas, el cirujano más reconocido del mundo desde que el doctor Barnard acometiese trasplantes de corazón, quien desde su juventud (1974) confiesa la enseñanza de las malas experiencias vitales para el camino hacia la felicidad y no dejarse llevar por la seducción del riesgo.
Llegar pronto al cementerio por arriesgar la vida puede considerarse un mérito objetivo pero sale muy caro y poco envidiable pues la vida es un regalo que hay que administrar y no parece que llame dos veces el cartero.
Es cierto que muchos se cuidan física y mentalmente, con vida sana y optimista pero la mala suerte se cruza en su vida en forma de un camión sin frenos, cáncer incurable o resbalón fatal y se trunca la flor.
También es cierto que muchos descuidan su aspecto físico y mental, llevan una vida de riesgo, coqueteando con malas prácticas (fumar, atiborrarse de sustancias tóxicas, vivir al límite..), y alcanzan la longevidad.
Ambas situaciones son ciertas pero poco probables, y el jugador ganador sabe que debe apostar a los probable no a lo improbable.
Lo que es innegable es que todos perseguimos o buscamos la felicidad, aunque no todos la situamos en la misma meta (¿amor, dinero, belleza, poder, salud, prestigio, etc?), y lo que es más grave, no todos seguimos el mismo camino.
1. Da pudor decirlo, pero la vida hay que disfrutarla evitando en lo posible los riesgos de perderla o derramarla. Un mensaje que parece que no llega bien a los destinatarios jóvenes y que se asume mejor con la edad.
En esta línea, la enseñanza del citado cirujano es simple pero bien estaría inculcarla a los adolescentes que en época veraniega se llenan de cócteles nocturnos, que saltan de los balcones de los hoteles, que aturden su cerebro con tormentas de decibelios, que conducen sus vehículos alocadamente o que sacrifican su seguridad arriesgando su vida por unos emocionantes videos que compartir en la red.
Escuchémosle su opinión tras sufrir el impacto de unas olas asesinas mientras surfeaba en su juventud, seguido de la cruel experiencia de librarse por los pelos de la explosión del atentado terrorista islámico de Bali:
Con lo de Bali me di cuenta de los frágiles que somos y de cómo cambia la vida en un minuto. Te haces muchas preguntas y aprendes a valorar más la vida. Con el accidente de surf entendí que tenía que medir los riesgos, que hay que ser consciente de las propias limitaciones. Yo no tenía miedo, iba siempre al límite.
Bien está subrayar las dos cosas que aprendió. A valorar mas la vida, y a ser consciente de las propias limitaciones.
2. Hay personajes famosos, tristemente célebres por vivir al límite, como Alvaro Bultó que falleció practicando en Suiza wingfly (hombre pájaro), seguido de la muerte del cocinero Diego Barrio practicando lo mismo en homenaje a aquél. O el caso chocante de aquel pobre joven mexicano, Manuel Uribe (1965), con el triste honor de ser el mas gordo del mundo con sus 597 kilos, y que se vanagloriaba en su juventud de su dieta de pizzas, hamburguesas y tacos mexicanos hasta que fue demasiado tarde.
El estúpido consuelo que queda a sus parientes suele consistir en refugiarse en afirmar aquello de la canción de Frank Sinatra, pero “Vivió a su manera”. Ya, pero mejor sería “vivir a su manera… pero mas tiempo”, y eso bien lo entendía el propio Sinatra, que fue longevo pese a coquetear con el riesgo, pero valorando la vida.
3. Por eso la prudencia no está de mas, y no es que los jóvenes o los tontos sean imprudentes. Muchas personas cegadas por el placer cercano, el éxito o su meta, no evalúan los riesgos de sus decisiones, o los minimizan. Siempre me impresionó la imprudencia del prudente filósofo y científico Francis Bacon que en el siglo XVII para demostrar que la carne congelada se conservaba, enterró un pollo en la nieve y tras observarlo pacientemente, contrajo una pulmonía y murió.
El conocido cirujano nos deja las claves de la felicidad. Valorar lo que se tiene la frase clásica:
No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita.
y conocernos mejor, sin creernos lo que nos dicen que somos o como somos, la frase griega:
Conócete a ti mismo.
Añadiría la sabia máxima de “primero vivir, luego filosofar” ya que la teoría y las elucubraciones están bien cuando se tiene la pitanza y el lecho cubiertos. Y junto a ello, me atreví en su día a exponer los veinticinco hábitos de las personas que se siente felices.
Pues bien, ya no es cuestión de ser joven o viejo, de izquierdas o de derechas, urbano o rural. No. Se trata de ser un ciudadano común “consentido” o ser un ciudadano con sentido común, que es muy distinto. O sea, ser imbécil o inteligente.
4. En esta línea, de descubrir el camino hacia la felicidad se enmarca el calificado de Taller Terapéutico, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y que tendrá lugar en A Coruña del martes 26 de Julio hasta el viernes 27 del mismo mes, bajo el rótulo “Encuentra tu felicidad: el camino hacia la salud integral”, y
Diseñado para descubrir el valor intrínseco de la felicidad y de “ser feliz”, como soportes fundamentales de la salud, del bienestar y de la longevidad.
y que parte del escalofriante dado ofrecido por proyecto European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMED, 2014), que pronosticó que el 13 % de los europeos desarrollará una depresión mayor en algún momento de su vida.
Pues bien, de la mano del ameno José Antonio Flórez Lozano, Catedrático de Ciencias de la Conducta (y excelente orador) se abordarán experiencias, terapias y criterios para la felicidad, que todos podemos asumir y emprender.
Al menos se trata de unas Jornadas amenas, rigurosas y lejos de academicismos. Nada que ver con los gurús de medio pelo, ni los vendedores de humo de felicidad envueltos en misterio o ciencia, propios de iluminados, milagreros y aprovechados. Basta con tener presente que el Doctor Flórez Lozano confía en el potencial de la propia persona para superar situaciones difíciles y sitúa una clave de la longevidad en el sentido del humor. Ese es un buen comienzo y sin duda un atractivo para el curso según este completo Programa, que recuerdo tendrá lugar en A Coruña, del 26 al 28 de julio próximos.
Vivo y Coleando 