Claves para ser feliz Hábitos saludables

Vivir al día sin perder el día

Close-Up Of HourglassParece que la pregunta que todos nos hacemos alguna vez en la vida es la de cuanto viviremos, o sea, cuando nos apearemos de este carrusel que llamamos tierra o saldremos de la tómbola que llamamos vida.

Los científicos ya nos han ofrecido una aproximación atendiendo a nuestras circunstancias genéticas, hábitos alimenticios, vida sexual, y contexto vital. Algunas aseguradoras ofrecen una calculadora en que el asegurado introduce las variables y le sale el resultado de su pronóstico vital. Tampoco faltan los hipocondríacos que consultan videntes para que les prolonguen su vida.

Sé que no descubro nada nuevo si digo eso de que no hay que preocuparse por las variables que no controlas, ni tú ni nadie. Pierdes el tiempo y ganas angustia. Además poco antídoto es llevar una vida deportiva y sana si un canalla te atropella cuando vas con tu bicicleta un domingo. Ni el más sobrio y sano monje budista con vida tranquila podría imaginarse que un día su pie resbalaría por las rocas o que el té se le atragantaría provocando su muerte. Como dice Pedro Navaja en la canción: La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

fotos1. Tampoco creo el dicho bíblico de que “tenemos los días contados” (se cuentan cuando morimos, al igual que el jamón ibérico de mi despensa tiene los días contados pero no lo sabré hasta que me lo zampe).

Ni confío en esa coartada o trampa mental de eso que llamamos destino, de que no podemos evitarlo: ¡claro que podemos reorientar la vida!. Y ha de cambiarse antes de que sea tarde. Lo que no podemos es cambiar las cosas vividas, de igual modo que podemos corregir los efectos de nuestras decisiones erradas pero no volver a estar en la casilla de salida como si nada hubiera pasado.

Mejor es no contar los días que quedan sino los que hemos vivido y disfrutado. Si nos esforzamos en identificar y contar los días felices, maravillosos, irrepetibles e inolvidables, nos sorprenderá que generalmente el acopio se limita a un mero puñado (y hablo de experiencias felices no de estado de comodidad, que es muy distinto). Por eso, hemos de agitarnos para no dejar caer más granos de arena del reloj de nuestro tiempo, o mejor, para que caigan como historia digna de ser vivida y recordada.

sonreir2. Y es que los días vividos podemos contarlos, e incluso multiplicarlos con eso que llamamos vida sana. Pero sin alarmismos ni hipocondrias. Hace poco leía la noticia de que los tickets de caja de papel térmico son fuente de exposición al bisfenol A y eso altera el sistema inmunitario, según un biólogo de la Universidad de Missouri, y tras el diagnóstico sugería la prevención (no tocar el ticket, lavarse las manos, etc).

Pero ojo, nada de lavarse la manos con jabón porque sus componentes pueden producir fibrosis y cáncer de hígado, según noticia ofrecida por otros académicos, así que se aconseja utilizar solo agua, pero ojo, con ello los gérmenes sobreviven, y así sucesivamente (un remedio como las muñecas rusas encierra una alarma) pero como no podemos vivir aislados en una burbuja de plástico, tendremos que compensar esta inevitable pérdida de puntos. Así podemos aumentarlos gracias a los médicos que nos dicen que tomar tres tazas de café al día alarga la vida, mismo efecto que si tomamos un vaso de vino diario, un puñado de nueces o cereales integrales, a lo que se añade que eyacular más de veinte veces al mes reduce el cáncer de próstata (sí, amigo, estás condenado 😃) y un sinfín de recomendaciones en que cada cosa (y paradójicamente muchas veces su contrario), resultan buenos para la salud.

Más bien creo que quienes tienen la vida muy larga son los científicos a juzgar por la cantidad de ocurrencias y tiempo empleado para formularlas.

Y así infinidad de estudios confunden lo que es bueno para una función vital (respiratoria, circulatoria, neurológica, etc) con lo que es bueno para alargar la vida. Algo así como decir que lavar su coche, comprobar el aceite, limpiar los ceniceros, no mantenerlo a plena aceleración o comprobar color del humo del tubo de escape, son hábitos que alargarán la vida útil del coche. Cierto pero no tan cierto.Difícil separar el grano de la paja, la ciencia de la creencia y la luz roja de la ámbar.

3. Si vamos con la calculadora delante y siguiendo las recomendaciones de todo quisque nos daremos cuenta de que la vida se nos pasa.

Personalmente creo que en líneas generales hay que ser de talante optimista, cuidar la nutrición sana y mantener activo el físico (lo confieso, solo cumplo la primera). O a la inversa, ser pesimista, adepto a la comida basura y apoltronarse, supone reunir muchas papeletas para que toque el viaje de ida antes de tiempo.

Se dice que los gatos tienen siete vidas. Yo he hecho recuento y he sobrevivido, a muchas más, además de a algún restaurante chino de la adolescencia y al desdén de las calabazas de corazones fríos de juventud, a muchas torpezas y temeridades.

De hecho, llevaba tres días sin escribir en los blogs por haberme lesionado el dedo anular izquierdo con un conejo. Sí, por cortar con una tijera una plantilla de papel para pintar un conejo en la pared; me la ensarté como una cuchilla y brotó una fuente roja incontrolable con grandes estragos de pellejo.

Esta lesión doméstica me impidió escribir pero no embarcarme en hacer una pérgola artesanal para el jardín (30 euros de materiales y unas tres horas), sufriendo un martillazo en la uña del pulgar izquierdo.

Sin dejarme vencer, me puse a la limpieza de la piscina (ya se sabe, los jóvenes no tienen tiempo para ello pero yo sí) y en este caso la tapa de la depuradora se me cayó… ¡en la mano izquierda!. Entonces supe que eran señales inequívocas de que si no dejaba las manualidades acabaría como el capitán Garfio, condiciones en las que no se puede teclear el móvil ni el ordenador, así que, como es domingo, seguiré el mandamiento bíblico del descanso, mientras tecleo este post con dos dedos; he aprendido que no se pueden utilizar con simultaneidad en el teclado, todos los dedos de la mano derecha y solo uno de la izquierda, sino todo o nada (quizá de ahí viene lo de que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda). Bendita simetría de la naturaleza.

Archivo_000 (46)Aquí pido disculpas a los lectores por estos desvaríos, que a estas alturas piensan que he sufrido una insolación en la Bañeza, y añado la invitación a tomarse un culín de sidra, con mi otra experiencia artística del fin de semana… y a cultivar los hábitos de las personas alegres

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