Las palabras las carga el diablo y hay frases que son peligrosas cargas de profundidad para avanzar, ya sea en pareja, en empresas, aventuras o deporte, cuando se trata de afrontar un reto o problema juntos.
Supongamos que nuestro coche se queda atrapado a medianoche en la nieve y no tenemos móviles ninguno de los pasajeros.
O que nuestro jefe nos ha ordenado que de forma urgente hagamos un enorme trabajo para el que normalmente nuestro equipo necesitaría varios días.
O que vamos con nuestra pareja y perdemos el avión en que íbamos a ir de luna de miel. O que varios paseantes tenemos que ayudar a sacar un coche de un socavón.
O que varios visitantes de un zoo nos percatamos que se están escapando los monos de la jaula entre los barrotes.
Se trata de casos en que varias personas tenemos que decidir si nos cruzamos de brazos o buscamos soluciones. Si cada uno se busca la vida o si por el contrario colabora para un fin común.
El presidente estadounidense Lyndon Johnson afirmaba que “No hay problema que no podamos resolver juntos, y muy pocos que podamos resolver solos «.
Aquí van las frases mas peligrosas, procedentes de personas que según lo que dicen, pueden calificarse de pasivas, parásitas, egoístas o conformistas. Suelen proceder de la oveja negra que no ayuda a resolver un problema que requieren un cambio de actitud, moverse o un sacrificio. Y por eso, estas personas nocivas asestan estas siete frases como latigazos frente a quienes intentan dar un paso adelante y ofrecen una solución radical o novedosa. Veámoslas
«No es mi problema»
El egoísmo e insolidaridad llevado a sus últimas consecuencias. Se lava las manos como Pilatos.
«No podremos»
Un planteamiento derrotista. No merece la pena remar porque la barca se hundirá y además puede haber tiburones.
«No servís para nada»
He ahí un pesimista agresivo, ya que desmoraliza a los demás y prefiere culpar en vez de buscar soluciones.
«Se hará como digo yo porque lo digo yo»
O sea, alguien impone su criterio y decisión, sin razonar y por la fuerza del grito o mando. Y estas decisiones impuestas tienen la cara amarga de que si fracasan se vuelven contra el que los profiere.
«Es lo que hay»
Es un planteamiento cómodo. Ni para atrás ni para adelante. Sin implicarse. Ni quiere ver los problemas ni tampoco forzar la búsqueda de soluciones.
«Siempre se ha hecho así y no vamos cambiar»
Es la actitud de quien no puede salir de la rutina. Sabe del contratiempo y no acepta el problema, y se limita a esperar que broten las soluciones pero sin salirse del guión.
O sea, alguien se niega al cambio, a innovar, a afrontar el problema con una nueva solución. Son personas que cierran la puerta sin mirar lo que ha detrás.
«No he venido aquí para esto»
O sea, considera que la situación al ser excepcional no es asunto suyo contribuir a resolverla.
De este modo, si escuchamos esas frases podremos identificar a las rémoras, esto es, a las personas que no suman sino que restan o estorban. Son las personas que adoran su ego, que lo posponen todo para luego y que la comunidad les importa un h…igo.
Ya sé que lo del trabajo en equipo es mas fácil decirlo que hacerlo, pero al menos hay que estar en actitud de intentarlo y no arrojar la toalla, ni hacer que los demás la arrojen.
En fin, nos quedaremos con un bello proverbio africano: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
( Intuyo que esa frase fue dicha por un nativo tras correr solitariamente delante de un león y tropezarse con un grupo de incautos turistas que le permitieron llegar mas lejos mientras la fiera se enzarzaba con éstos ).
En todo caso, no olvidemos que hay otras frases aparentemente inocentes que deben preocuparnos.
De todas ellas la que mas me repatea es la de: «no es mi problema». Refleja una insolidaridad, un egoísmo y una falta de empatía atroz.
Un abrazo
José Manuel Antón de la Calle
Oviedo.
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