Ayer al atardecer apuraba los últimos días de vacaciones y caminaba por un desfiladero que discurre por un parque natural de Asturias (la ruta del Alba, para mas señas). Paz, verdor y luz.
El delicioso murmullo del torrente del río fue roto por un timbrazo de un móvil. Mi enojo inicial por la profanación de la naturaleza se apagó pues comprobé que procedía de mi propio teléfono.
Me justifiqué para atenderlo en que quizá fuese una urgencia. Veamos la transcripción casi literal de la conversación por si sirve de alerta para los demás.
Una voz femenina me asalta:
- Buenos días, ¿ Hablo con Don José Ramón?. Mi nombre es Evelyn Duarte.
No conozco ninguna Evelyn y el acento sudamericano disipa parentesco o proximidad alguna pero soy educado y contesté con tono frío:
- Sí, dígame.
- Don José Ramón.- Ahí recordé que mi nombre de pila completo solo lo utilizaban mis padres antes de regañarme en la infancia.- Le llamo porque usted hace poco que solicitó una tarjeta de MediaMarkt, ¿cierto?
Me siento examinado y me pregunto donde está la trampa. Por lo que yo recuerdo sí saqué una tarjeta por supuestos descuentos pero no para que me llamase durante las vacaciones la embajadora de Ecuador.
- Pues sí, obtuve una tarjeta de socio.- Confieso con la mosca tras la oreja mientras camino por el desfiladero
- Es para comentarle que esta llamada será grabada ya que le vamos a hacer un regalo que será ventajoso para usted. ¿Lo desea?
Pienso que la palabras “Regalo” y “Ventajoso” son mis favoritas. Aunque me sorprende que me den algo y quieran grabarlo, especialmente cuando el tono de la propuesta recordaba a la serpiente diciéndole a Eva que tomase el fruto prohibido. Pero respondí con curiosidad:
- Claro, dígame.
- Verá, Don José Ramón, le vamos a regalar una póliza de seguro por dos meses completos. En esos dos meses tendrá usted la cobertura de seguro de vida o accidente con indemnización de hasta 300.000 euros por muerte, mutilación, accidente aéreo o en barco o en carretera, o caída, o pérdida de ojo, enfermedad incapacitante, lesión medular, pinchazo, aborto espontáneo…
La interrumpo:
- Señorita, antes de que llegue a advertirme de que puedo perecer golpeado por un meteorito, acepto que ese regalo de la póliza pero sobre todo aprovecho que está siendo grabada la llamada para dejar claro que usted me ha dicho que es gratuito, entiendo que no tendrá ningún coste ni compromiso para mí. Ningún coste ni compromiso. Así que adelante y muchas gracias por la póliza gratuita
- ¡¡ Don José Ramón !! ¡¡¡¡ nada en esta vida es gratis !!!!.- Caracoles, casi se sale la buena de Evelyn de sus casillas. Le replico:
- Usted me ha dicho anteriormente con claridad que era un regalo gratuito. Está grabado.
- Sí, Don José Ramón- Escuché un resoplido al otro lado,- es gratuito si usted formaliza una póliza de seguros con nosotros por dos años y a cambio le regalamos los dos primeros meses de cobertura.
- Mire, Doña Evelyn – utilicé su misma familiaridad – Si usted me regala dos ruedas a cambio de comprar el coche que las necesita, no me regala nada. O sea, que no debemos perder el tiempo.
- Pero Don José Ramón, usted necesita tener un seguro de vida. Lo n-e-c-e-si-t-a – La voz de Evelyn se tornaba mas grave, como si fuere mas propio de Evelio, un navajero.- Lo necesita, seguro.
Me percato que si eso mismo me lo dijesen en Sicilia, me preocuparía mucho.
- Dª. Evelyn. No perdamos el tiempo. Estoy servido de contratos de seguro. No necesito ninguno.
- ¡Pero si no ha escuchado todavía las condiciones!- Evelyn perdía los estribos
- Lo sé – La corté rápidamente- Tampoco le he dicho que yo vendo cafeteras y no le cuento mis condiciones de venta.
- Señor.- Tono frío, como si leyese un guión- ¿no desea ahorrar dinero?
- Claro- repliqué- Deseo ahorrar dinero y sobre todo ahorrar el tiempo que usted me hace perder, así que por favor, no sigamos.- Me tocaba perder los estribos
- Quizá necesite un seguro de hogar o automóvil- Casi suplicaba. No me imagino la extorsión a que la someten sus empleadores y me daba lástima porque la pobre se limitaba a hacer su mal pagado trabajo.
- ¡Evelyn! Lamento decirle esto. Le agradezco su esfuerzo, que queda grabado para que sus jefes sepan que usted es buena vendedora, pero el único seguro que necesito es frente a las llamadas de vendedores de seguros. Usted hace muy bien su trabajo pero Yo estoy de vacaciones así que el mío es no trabajar y descansar. No quiero ser grosero pero voy a colgar. Buenas tardes.
Click. Click.
Aunque la comunicación telefónica quedó interrumpida, creo que logré grandes avances en telepatía porque me pareció vislumbrar que Evelyn pensaba en mí con algo relativo a las flores… como si pensase: ¡¡ Capullo !!
Proseguí caminando arrullado por mirlos y lavanderas… Y por supuesto con el móvil desconectado. Eso sí, aprendí tres cosas.
Primera, que nadie da nada gratis.
Segunda, que hay un momento para cada cosa y cuando uno descansa en la naturaleza, sobra la tecnología.
Tercera, que me lo tengo merecido.
Así que proseguiré con las actividades naturales que liberan endorfinas y salvan del estrés.
Al menos espero que dentro de un mes nadie se asome a esta página en blanco, como casa sin amo, con su autor en las vacaciones eternas o accidentado… y pueda escucharse a una tal Evelyn: ¡Se lo dije! ¡¡ Necesitaba un seguro!!
Gracias José Ramón, sigo tu blog y me gusta su vitalidad….Oye, no tocas el tema crucial de qué podemos hacer para evitar estas llamadas. Tenemos el móvil para los amigos, o trabajo, no para que nos molesten vendedores. Me siento desprotegido…Los odio a los vodafones, másomovil…..me han interrumpido muchas siestas y momentos de paz (como el tuyo). Tenía que estar prohibido (y no eso de tener que apuntarse en una lista -Robinson?- que cuesta trámites y luego no se respeta….)
Como sé que estas muy ocupado, también agradecería si me contesta cualquiera de tus lectores.
Saludos desde Soria, Javier
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Estimado Javier, en la práctica evitar este tipo de llamadas resulta casi imposible. Pero, como lo solicitas, me permito -con toda humildad y a salvo de mejor criterio- exponer algunas ideas y sugerir algunas pautas de actuación por si pudieran ser de algún interés o utilidad.
Comenzaría diferenciando distintos tipos de llamadas no deseadas: a) el spam telefónico o llamada comercial para intentar venderte un bien o servicio; b) las llamadas automatizadas con mensajes pregrabados -robocalls-, que suelen ser preludio del spam telefónico o una especialidad del mismo; y c) las llamadas de suplantadores de identidad (de bancos, administradores de comunidad, seguros, encuestadores,…) o buscadores de información confidencial de nuestros datos, gustos o relaciones con algún competidor (otra empresa telefónica, de electricidad, aseguradora, banco,…) para su utilización con fines ruines, perversos y/o delictivos. TODAS, SIN EXCEPCIÓN, SON LLAMADAS PELIGROSAS. Y frente a todas, sin excepción, hay que ser muy cautos, muy desconfiados y muy reservados. AL PUNTO DE QUE LO MÁS RECOMENDABLE ES QUE NOS CONVIRTAMOS EN SERES -CASI- MUDOS (como decía Borges «no hablemos a menos que podamos mejorar el silencio»).
En primer lugar, como consumidor y usuario tienes DERECHO A NO RECIBIR, sin haber dado tu consentimiento, LLAMADAS CON FINES DE COMUNICACIÓN COMERCIAL CUANDO HUBIERAS: decidido no figurar en las guías de comunicaciones electrónicas disponibles al público; ejercido el derecho a que los datos que aparecen en ellas no sean utilizados con fines de publicidad o prospección comercial (en cuyo caso, serán dados de baja, cancelándose las informaciones que sobre ellos figuren); o solicitado la incorporación a los ficheros comunes de exclusión de envío de comunicaciones comerciales regulados en la normativa de protección de datos personales.
SI, A PESAR DE ELLO, RECIBES LLAMADAS DE ESTE TIPO, PUEDES: 1) denunciar a la empresa responsable ante la Agencia Española de Protección de Datos -AEPD- y/o autoridad de consumo autonómica para que se le imponga la oportuna sanción y conmine en cesar en tal actuación, para lo cual deberás retener los datos de la llamada y responsable y detallar circunstancias de la misma; 2) informar en las redes sociales de la irregular actuación de esa empresa lo que supondrá dejarla “señalada”; 3) acudir a la Policía o al Juzgado de Guardia, si la cosa fuera a más, y denunciar por acoso.
En segundo lugar, COMOQUIERA QUE ESTAS LLAMADAS DEBEN REALIZARSE desde un número de teléfono identificable, entre las 9.00 h de la mañana y las 21.00 h., nunca en festivos o fines de semana, con perfecta identificación previa del interlocutor, y siempre a partir de datos nuestros que figuren en bases de datos públicas o que el propio usuario ha facilitado voluntariamente a empresas proveedoras de bienes o servicios, DE NO DARSE TALES PREMISAS, DEBEREMOS NO DESCOLGAR EL TELÉFONO O, ALTERNATIVAMENTE, ZANJAR EN EL ACTO LA CONVERSACIÓN -¡lo siento no me interesa!-, prohibiendo expresamente nuevas llamadas y advirtiendo -si la cosa se pone pesada- de la posibilidad de denunciar.
En tercer lugar, EXISTEN GUÍAS TELEFÓNICAS QUE INFORMAN DE NÚMEROS DE TELÉFONOS ASOCIADOS A SPAM TELEFÓNICO (vbgr. listasspam.com, teléfonosspam.es), por lo que, en casos de llamadas pérdidas recurrentes o de números que no nos suenan, podemos consultarlas y salir de dudas. En caso afirmativo podremos bien bloquear la llamada, bien no descolgar el teléfono.
En cuarto lugar, y ampliando el enfoque a todo tipo de spam, está la famosa LISTA ROBINSON, que comentas, para las empresas con las que no mantienes ningún tipo de relación. Registro gratuito al que se puede acceder -a través de la página web listarobinson.es.- para no recibir publicidad por ninguna de las vías directas posibles: teléfono (fijo y móvil), correo electrónico, mensajes de texto (SMS), fax y correo postal. De lo contrario, cabrá denunciar a la AEPD.
Pero, si quién te remite el spam es una empresa con la que tienes algún tipo de relación contractual, aprovechándose de que, en su día, nos incluyó una cláusula -de esa que ni sabemos que hemos firmado- por la que le permitimos remitirnos publicidad comercial o proporcionar nuestros datos a terceros con ánimos comerciales, debemos conservar los datos (fecha y hora de la llamada, mensaje de texto, empresa responsable) y contactar con el servicio de atención al cliente (Vbgr. por email con justificante de entrega) para notificarle nuestro deseo de revocar dicha autorización y de no recibir publicidad e informar -si es el caso- de nuestra inclusión en la lista Robinson.
En quinto lugar, si diéramos nuestra conformidad a una oferta comercial realizada por llamada telefónica de una empresa, no todo está perdido, pues si bien el contrato es legal exigirá de la ulterior ratificación de la oferta y de la aceptación por escrito o por medio de otro soporte duradero -arts. 98.6 y .7 TRLCU-. Además, existe un derecho de desistimiento, pero, en materia de telecomunicaciones, si se ha iniciado la ejecución del contrato, se pierde ese derecho.
Buenas noches y saludos cordiales
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Y quién no ha tenido una llamada de ese tipo… Ya lo decían nuestros abuelos (y ellos si que eran sabios): «nadie regala duros a cuatro pesetas» …
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