Reflexiones vigorizantes

Virtud y Honor

fit¿Qué tienen en común el escritor Salman Rushdie, el economista John Maynard Keynes y el matemático Alan Turing? Aparte de su enorme prestigio, que todos cursaron estudios en el King,s College de Cambridge.

A cien metros del pórtico de tan famoso centro universitario, hace una semana, mi ahijada Silvia me remitía la foto que adjunto que encierra una gran lección, y que muestra un músico con guitarra que ofrece al público su arte desde el interior de una papelera callejera de hierro.

Hay que verlo para creerlo y no se puede dejar pasar sin una reflexión.

GuitarDe entrada, llama la atención que exponga su arte desde el interior de una humilde papelera en contraste con el vecino edificio universitario que ofrece a veces pobres enseñanzas desde pomposas cátedras.

También consideré lo injusto de otros que llaman artistas por su extravagancia absurda, y elevados a los altares pese a ser un arte incomprensible ( o una burla), con menor mérito que este artista callejero.

Las preguntas sobre tan curioso artista, metido en la papelera al igual que el genio de Aladino estaba embutido en una lámpara,   llegan a borbotones:

  • ¿ no es admirable la imaginación humana para buscarse un ropaje o escenario tan llamativo y gratuito?
  • ¿ es hombre, mujer, joven o adulto, quien viste esa armadura pública?
  • ¿ utiliza la papelera de discreta garantía de su anonimato?
  • ¿ se ganará así realmente la vida?
  • ¿ habrá tenido encontronazos con la policía por utilizar el mobiliario urbano?
  • ¿ hay una historia detrás de ese músico?¿ años de conservatorio, tal vez?,¿ actuaciones musicales de segunda?
  • ¿ Qué tiene la condición humana de los paseantes, que ante un ser humano encerrado en la inmundicia, nos lleva a detenernos a escuchar sus rasgueos?

Y me incluyo…¿ Curiosidad, morbo, admiración, lástima?

Es cierto que los artistas callejeros fuerzan la imaginación al límite, pero este demuestra tener valentía, imaginación y sentido del ridículo bajo mínimos.

Así, los hay que suplen calidad con calidad:Captura de pantalla 2018-09-08 a las 16.25.15

 

Y que bien podían dejarle un instrumento en solidaridad a otros mas modestos:Captura de pantalla 2018-09-08 a las 16.22.55

Pero sobre todo me gustaría saber si considera nuestro artista in the box que su actuación es una bendición o una maldición (¿ disfruta o sufre?).  Quizá es mas feliz que muchos de nosotros. Aunque supongo que las penas con pan son menos penas y su percepción dependerá de los donativos.

Lo mas curioso es que este cantante tiene a su lado un cartel anunciador, que figura en inglés y japonés, donde se presenta como The singing bin man, algo así como El cantante enlatado. 

Y lo hace al lado del Kings College, lo que provoca la aguda reflexión de un buen amigo:«¡ Al lado de los Premios Nobel, posiblemente está quien las circunstancias impidieron tener oportunidad de alcanzarlo».

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PUERTA DEL HONOR… PARA SALIR YA GRADUADOS

Es hora de recordar lo que constituye una divisa del Colegio Gonville y Caius de Cambridge, fundado en el siglo XIV y  cantera de cuatro premios Nobel, incluyendo a Sir James Chadwick, descubridor del neutrón, Sir Howard Florey, co-descubridor de la penicilina, Francis Crick, co-descubridor de la estructura de ADN y el economista Joseph Stiglitz, junto a Harold Abrahams, el velocista olímpico inmortalizado en la película Carros de Fuego o  Stephen Hawking, físico. La divisa del Colegio marca el camino del estudiante, o del guerrero, y  lo refleja en sus tres famosas puertas : la primera, la Humildad (el punto de partida ha de ser la modestia y sentirse como Sócrates,»solo sé que no se nada»); la segunda, la Virtud ( la forja como persona, humanista y científico) y la tercera,  el Honor ( lo que espera a los notables que han atravesado las dos primeras puertas). En todo caso, no debemos olvidar que aunque el éxito venga por el esfuerzo, el mérito o actitud y aptitud personales, siempre acecha el bendito o maldito azar.

 Lo cierto es que mientras las aulas ofrecen latín y matemáticas o derecho, en el exterior está amenizando la calle el Hombre enlatado, y es imposible evitar la referencia a la frase del conocido torero, El Espartero, que cuando un banderillero le advirtió de los peligrosos cuernos de un toro, replicó antes de salir al ruedo: “Mas cornadas da el hambre”.

2 comentarios

  1. Grandiosa fábula, aunque en esta ocasión me parece que falló un poco la redacción, hubiera sido bueno que antes de publicarla diera una lectura final, ya que repite en ocasiones la misma palabra “que ofrece un músiico con guitarra que ofrece al público” y a mitad del escrito repite un párrafo completo. Lo anterior me hace suponer que escribió este artículo con prisa y por ende la falta de cuidado. De cualquier manera siempre disfruto del contenido que nos comparte, gracias.

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    1. Gracias, Rubén. Y tienes toda la razón pero aciertas porque tengo el atenuante de haberlo escrito el sábado en la fiesta de Asturias, desde el móvil y con prisas. Imperdonable pero con atenuantes 🙂

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