Me ha impresionado este breve poema del valenciano Carlos Marzal que me he tropezado en la Antología El Hacha y la Rosa (2001). Un gran poema que mueve a pensar y eso es un fruto escaso, donde a veces la poesía toma derroteros hacia lo críptico y se confunde poesía con tontería. En este caso, se une poesía y sabiduría y nos descubre acordes, sensibilidades y perspectivas que se nos escapan a los que vivimos inmersos en realidades crudas, con ocupaciones prosaicas o esclavos de la tecnología y lo cotidiano.
Ahí va…
EL MUNDO NATURAL
Sucede en cuestión de unos segundos,
como todo lo que es definitivo,
igual que un bisturí se abre paso en el cuerpo.
En Kenia. En la sabana. Un león
acosa el pánico veloz de una gacela,
y, cuando la acorrala, de un zarpazo
la lanza por el aire, abierto el vientre
por donde asoma su futura cría.
Ya en el suelo, el león, fatigado,
devora el corazón de la gacela.
Unos días más tarde, ese mismo león
se acerca amenazante a un campamento.
Los cazadores blancos deciden acosarlo.
El león huye herido, se oculta en la espesura,
y los blancos, entonces, recurren a un masai,
para que con su lanza lo remate.
El guerrero persigue la huida del león,
lo acorrala, y es herido, y lo hiere,
y cuando le da muerte,
arranca el corazón del animal
y orgulloso lo come, aún palpitante.
Unos meses después, ese masai
acude a la ciudad. Va a intercambiar,
humillado, su imagen, por monedas,
para que los viajeros, en otro continente,
ilustren sus relatos con más veracidad.
Las cosas no resultan como se calculaban.
El masai, acosado, agrede a los turistas,
y un policía negro, temoroso,
desenfunda y dispara. El masai cae a tierra,
partido el corazón por un trozo de plomo.
Por regla general, estos poemas
de imágenes y tiempos superpuestos
exigen desenlace, exigen una clave.
Juzgue el lector, desde su corazón,
mientras lo tenga.
Es un poema que me estremece. Maravilloso. Imágenes potentes para exponer lo que la experiencia ofrece. Y las inevitables reflexiones…
Para unos, que el pez grande se come el chico. O que la venganza es un plato que se come frío.
Para otros, que todo triunfo o derrota es cuestión de perspectiva. O estar en el lugar adecuado en el momento correcto y no en el equivocado.
No faltarán los que se quedarán encogidos pensando que el mundo es injusto, frente a otros que pensarán que es justo que el ecosistema se mantenga en equilibrio. También quienes pensarán en la vida como una cadena de eslabones, con la enseñanza de la lucha por la supervivencia o coincidirán con lo que decía el malvado Al Capone: “Una sonrisa puede mucho pero con una pistola convence más”.
Otra lectura en clave cultural podría ser: el relato oral fue asesinado por el libro; el libro fue asesinado por la fotocopiadora; la fotocopiadora humillada por el ordenador; el ordenador aplastado por otro ordenador mas potente… y pronto los ordenadores serán derrotados por la inteligencia artificial… sin que pueda recuperar el trono la inteligencia natural.
Sin embargo, me quedo con lo que a mi juicio es el aguijón del poema en su verso final:
Juzgue el lector, desde su corazón, mientras lo tenga.
NOTA.- Por si interesan, otros versos llamativos y mas sencillos comenté en Del niño que todo quería ser al hombre que quiso ser niño.