De la belleza Del amor

Belleza, sexo y amor: Juntos y siempre revueltos

enamorarse con cuidadoEl amor es un impulso, un sentimiento y un batiburrillo emocional.

La naturaleza humana, fruto de la evolución animal para conservar la especie, parece habernos dotado de un anzuelo para buscar pareja, consistente en el “amor a primera vista” que brota ante la visión de la belleza.

Las golondrinas hembras buscan al futuro padre de su descendencia prefiriendo los golondrinas machos con largas y simétricas plumas de la cola con grandes manchas blancas, porque ello demuestra mayor resistencia a los parásitos. Del mismo modo, para los biólogos evolucionistas, el varón humano se enamora de mujeres jóvenes y atractivas porque se ofrecen en primera impresión como potencialmente capaces de engendrar y cuidar mayor número de crías sanas.

Ese “flechazo” se entiende como una fuerza interior pasional que brota antes de hablar, antes de conocer el interior de esa persona (hombre o mujer), que nos manda un mensaje de avidez por conocerla y predisposición para agradarla. Esa belleza o atractivo primario radica en el porte, un gesto, una manera de mirar, de vestir o caminar… ¡Quien sabe!. Puede ser cualquier cosa que es detectada vertiginosamente por nuestra “antena amorosa” y nos coloca en la rampa de lanzamiento y hace segregar saliva como el perro de Pavlov.

Un fenómeno que debemos vigilar con atención por nuestra propia seguridad (como advierten del equipaje en los aeropuertos). Veamos.

1. Al igual que la publicidad de las mercancías, también debe contemplarse con cautela la belleza o atractivo de las personas pues el “mal de amores” como todo “mal” debe ponerse en cuarentena (o al menos en “observación”) si se pretende etiquetar precipitadamente como amor. Mucha gente se confiesa enamorada y realmente son presos de una pulsión sexual, otros quieren hacer el amor pero realmente ansían un revolcón de epidermis. Otros esconden primarios complejos y ambiciones posesivas. Hay de todo.

Incluso no faltan quienes, por exceso de edad o complejos, ni siquiera quieren sexo sino que la belleza les cautiva y quieren poseer a la persona por esa singularidad, como un coleccionista que desea una pieza para lucirla y no para disfrutarla.

confundir amor y sexo2. No debe confundirse el atractivo físico y el sexo, aunque tienen íntima conexión (como “relamerse” y “comer”).

De ahí lo certero del título de aquélla película: ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (Gómez Pereira, 1993 ). Mucha gente a la primera de cambio afirma que “Es el amor de mi vida”, pero pocos declararían que “Es el sexo de mi vida”.

Por eso hay claves que deben tener presente para evitar errores mayúsculos.

2.1. La belleza no lo es todo si se busca el amor

El atractivo físico y sexual importa y mucho, pero no debe ser factor determinante de grandes decisiones, como tampoco la carrocería lujosa de un vehículo garantiza buenas prestaciones, bajo consumo y seguridad.

Decía Gabriel García Márquez que “el sexo es el consuelo que uno tiene cuando no llega el amor”, de igual modo que un gran gourmet no hará ascos a una hamburguesa de puesto callejero si el hambre aprieta y no hay alternativa.

2.2 La belleza no garantiza una puesta en escena sexual increíble

Nada tiene que ver la estética con el goce sexual, pues éste tiene un elevado componente de fantasía, ilusión, experiencia y valores. Hay gallos de pelea de vivos colores y majestuosos que son poco agresivos y torpes cuando juegan o luchan. En cambio, otros mas desgarbados demuestran habilidad e increíbles técnicas y espectáculo.

2.3. La belleza es la corteza del impulso sexual y no puede sobrevalorarse

El día, el año y la vida tienen muchas horas, y la actividad sexual acumulada en todo el año arroja un promedio ridículo. Pensemos en el estudio de la Foundation for sexual health and personal development de la Universidad de Indiana (y que cada uno aplique la calculadora a su propia experiencia), que realiza el siguiente análisis, obviamente apoyándose en patrones estadísticos típicos y asumiendo que hay altibajos en períodos y según la experiencia y vicisitudes de cada persona. Veamos: 15 minutos por encuentro sexual, a 3 encuentros semanales, y a razón de 4 semanas mensuales, por doce meses, y si se multiplica por un período activo muy optimista (70 años-15 años), descontando el 15% del resultante (enfermedades, crisis, viajes o imprevistos que impiden cumplir debidamente), nos da un total de tiempo en minutos sexualmente efectivos por una vida sexual plena de: 119.340 minutos que nos da 1.989 horas, o sea poco más de 82 días. Y la vida media de una persona de 75 años son… ¡27.375 días!.

Está claro que no puede tomarse una decisión de toda una vida con infinidad de tiempos muertos, tiempo de ocio, tiempo de trabajo, tiempo de convivencia, sobre la base del puro atractivo sexual.

deterioro de la relación2.4 La belleza y nivel estético es la moneda que se devalúa con el paso del tiempo

Y con ello, el atractivo sexual decrece tras el enamoramiento y es inevitable su postergamiento por factores comprensibles.

En primer lugar, porque lo bello con la rutina se ofrece menos vistoso (oblíguese a una persona a contemplar todos los días el arco iris y acabará bajando los ojos molesto). En segundo lugar, porque la belleza se mina con la decadencia propia de la edad, fatiga, deterioro de salud, etc.

2.5 El vínculo sólido de una pareja es el que, como una maroma, se trenza con varios hilos, de distinta fuerza pero que en conjunto, vinculan y atan indisolublemente

El hilo del apego, el hilo de la empatía intrapersonal, el hilo del agradecimiento, el hilo de la admiración, el hilo del atractivo sexual, el hilo de la sintonía de gustos y opiniones, el hilo de las coincidencias de inquietudes espirituales, etc. Y eso explica que algún hilo puede deshilacharse y ser compensado por la fortaleza de los otros.

Así, no es extraño que muchas parejas resultan chocantes a los ojos ajenos que se limitan a constatar que una parte presenta rasgos o circunstancias poco atractivos o defectos. Y sin embargo, quizás tienen asegurada la estabilidad en mayor medida que si fueran ambos de porte bello.

jackmanPor ejemplo, por acudir a ejemplos de personajes célebres. Así, la edad no importa, como la relación entre Deborra-Lee Furness (57) y el del actor Hugh Jackman (44); tampoco las facciones de carretero del empresario francés Francois-Henri Pinault impiden su relación con la bellísima Salma Hayek (47), ni que el salma HAyek y el amorbajito Nicolás Sarkozy (58) mantenga la relación con la modelo Carla Bruni (45) pese a dejar aquél su alto cargo; como tampoco la circunstancia de que, o incluso que tenga amputadas las piernas a la altura de la rodilla como la exatleta paralímpica Aimee Mullins resulta insalvable con su relación con el actor Rupert Friend. En este último caso, seguramente uno de sus mayores atractivos es el optimismo y humor de ella, como refleja su comentario: “Una vez alguien dijo sobre mí que no tenía piernas; y le respondí: “La verdad es que tengo varios pares, en concreto 12; en mi casa hay un cuarto entero solo para ellas”.

Ello por no citar el caso del príncipe de Gales, con Camila Parker Bowles, cuyo atractivo físico resultaba cuanto menos poco agraciado, relación que alcanzó el climax de lo chusco con aquéllas grabaciones de mensajes amorosos del príncipe a su entonces amante en que ansiaba “convertirse en su tampax” y que leídos demuestran que realmente estaba enamorado.

3. La moraleja que debemos aprender consiste en el autocontrol y serenidad que hay que tener cuando alguien se enamora solamente por la “corteza” (y no digamos si es alguien de mucha edad respecto de alguien mucho mas joven, y el/la de más edad es rica y la persona joven mas modesta).

No olvidemos que en la primera etapa de cortejo y aproximación se estilan las denominadas “mentiras de presentación” en que todos mostramos lo mejor de nosotros mismos: nos acicalamos, maquillamos, escuchamos con atención, demostramos tolerancia y cortesía a expuertas… Pero el amor es algo más: es querer a esa persona cuando acaba de despertar, cuando tiene brotes de mal humor, cuando somos capaces de aguantar sus silencios y manías, cuando no nos importa que se divierta sin contar con nosotros, cuando sacrificaríamos cosas que valoramos por no perder esa persona…mentiras pareja on line

4. Y no digamos cuando alguien se enamora a la vista de las fotografías enviadas por internet o exhibidas por webs de contactos on line. No es una leyenda urbana que quienes se anuncian en estas webs, lo que es muy legítimo, como todo vendedor, intentan optimizar el producto que venden y no mostrar sus defectos. Si no la mercancía nunca saldrá del almacén. Por eso expuse los consejos y reglas para encontrar pareja on line sin salir escaldados o víctimas del timo de la estampita.

5. Y es que cuando se tiene ese “flechazo” o pasión por una belleza fulgurante, bien está que nos palpite el corazón, que sintamos fuego y que deseemos repetir el encuentro, pero lo realmente importante es “no tomar decisiones en caliente” sino intentar conocer y convivir con esa persona, para conocerla y que nos conozca. Y entonces, solo entonces, podremos mirarnos al espejo y decirnos si es el amor de nuestra vida (aunque menos pretencioso resultaría poder afirmar que “es el amor de esta etapa”).

amor compenetradoNo está de más recordar aquí que está demostrado que una cosa es la primera etapa de una relación amorosa, calificada como “enamoramiento” (con revolución hormonal incluida) y otra muy distinta la segunda etapa del “amor” como relación sólida, mas serena y relajada; y esa primera etapa dura en torno a seis meses. O sea, es aconsejable no tomar decisiones sin antes pasar ese umbral.

6. En suma, bien está esa pulsión amorosa asentada exclusivamente sobre el atractivo físico para mantener esa relación que la Real Academia acaba de bautizar en su edición de 2014 como amigovio, via. Y que procede de la “Fusión de amigo y novio”, definida como “Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo” o sea, lo que coloquialmente alude a relación fogosa, discontinua y sin obligación social de presentarse como pareja.

En fin, todo lo aquí dicho seguramente lo comparte todo el mundo cuando se habla en abstracto pero cuando alguien se enamora arrebatadamente por la pulsión sexual, se negará a admitirlo. Curioso. Eso sí, la ventaja es que algún día se reirá de ello… o se lamentará amargamente.

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