Tendemos a otorgar fiabilidad a lo que percibimos a través de los sentidos. Especial valor recibe lo que «vemos» hasta afirmar contundentemente como prueba indubitada que «lo vimos con nuestros propios ojos».
Sin embargo, los ojos actúan como emisarios del cerebro, donde está la central de interpretación, y muchas veces nos engañan. Por eso, bien está no ser muy impetuosos ni porfiar por lo que vemos, y ser mas cautos al juzgar por lo que percibimos. Seremos mas felices. Y como prueba de ello aquí van quince fotografías sin trucos de photoshop, donde quien manipula la información es nuestro cerebro. El enemigo en casa. Veamos.
1. Hay que ver donde se meten los batracios2. No hay como viajar atento
3. No hay como leer antes del forraje
4. Un caballo raza «limusina».
5. ¡ Con lo que me costó ponerme la camisa a cuadros por las pezuñas!
6. No se les puede dejar solos
8. Pueden competir hasta los feos
13. No se puede molestar a los dioses…
14. ¡ Cuidado con los gigantes!
15. ¡ Vaya puntería la de Júpiter !
Para finalizar he dejado el célebre Cristo de Celorio ( Llanes, España) en que el mar, la luz y las peñas dibujan un Jesucristo.
Sin embargo, hay que pensar que al fin y al cabo, lo relevante no es lo que hay sino lo que vemos, de igual modo que lo que nos impacta, emociona y enseña no es lo que quiso el pintor mostrarnos con su cuadro, sino lo que interpretamos, como en la célebre obra «El Grito» de Munch, que hay que saber mirarla y sentirla tal y como reflejamos en un anterior post.