Con humor sabe mejor Lecturas y libros

Mortadelo y Filemón: patrimonio de la humanidad

agentesLa aventura número 200 de Mortadelo y Filemón, publicada hace quince días con extraordinario éxito, me ha hecho recordar el papel que jugaron los tebeos en lo que somos y particularmente esos dos personajes. Leer esos tebeos fueron la puerta al placer de la lectura, la proa del rompehielos para vencer la resistencia del niño a leer. Tres en uno: lectura ávida, imaginación a raudales y humor gamberro. ¡Prodigioso!

1. No tengo rubor en confesar que en mi infancia ambos personajes ocuparon un lugar didáctico privilegiado y al que debo mucho.

Ahora la cultura es la del videojuego, lo visual, lo rápido y ruidoso. Entonces el “tebeo” era la alternativa a una escuela monótona, lenta y soporífera, como he reflejado en mis memorias escolares.

aprovechando2. Creo que los tebeos eran nuestra enseñanza “virtual” pues nuestra “Tabla” consistía en una revistilla de papel con viñetas coloreadas, personajes extremos y bocadillos para hablar. Mas que un iPad, el tebeo daba “la Paz” a nuestros padres, mientras lo leíamos ávidamente.

Nuestra imaginación se ponía en juego y como eran tan escasos, los tebeos eran releídos reiteradamente en aquella España de barrio, pantalón corto, juegos de calle y televisión en blanco y negro, con poder adquisitivo para no adquirir nada innecesario.

3. El resultado, al menos por lo que a mi respecta, era muy beneficioso. Los tebeos han sido inmensamente rentables intelectual y emocionalmente:

– Me abrían una puerta a la imaginación de situaciones y personajes mas allá de lo cotidiano.

– Aprendía mas lenguaje que de libros novelados impuestos por el colegio y pensados para otras edades (o pensados para no ser leídos por nadie).

– Me ofrecían chistes, juegos de palabras y humor del absurdo que provocaban sonrisas y risas espontáneas y sin enlatar

– Descubría infinidad de moralejas pues encerraban una historieta con final asombroso, respetando el esquema clásico: introducción, nudo (con malentendido, exceso, incidente, sucedido, etc) y desenlace (carrera, desmayo, etc).

– Captaba la vertiente emocional de personas y personajes por buscar situaciones sorpresa para mantener la atención del lector: alegría, enfado, sorpresa, etc.

– Me abrían la mente ante un mundo realista (los “buenos” y los “malos” investigados por la T.I.A., el hambre de Carpanta, la obesidad de “Gordito Relleno”, la soledad de las hermanas Gilda, las travesuras de “Zipi y Zape”, el infortunio del miope Rompetechos, etc).

carpanta4. Mortadelo y Filemón eran la estrella (“el gordo y el flaco” a la española). Me hacían viajar y me hacían asumir la versatilidad camaleónica del ser humano (disfraces instantáneos de Mortadelo), la virtud de la paciencia (Filemón ante los desastres de Mortadelo), la generosidad de conceder oportunidades para rectificar (el jefe de Mortadelo y Filemón), los peligros de la ciencia y científicos (un profesor Bacterio único), la supervivencia en el mundo hostil (sobrevivían de caídas, explosiones, etc), demostraban lo que son las organizaciones (por cierto, las siglas de la T.I.A. se correspondían con Técnicos de Investigación Aeroterráquea), y la cadena de mando (Súper, Filemón, Mortadelo, etc.)

Similares ideas inspiraban a “Pepe Gotera y Otilio” o “El Botones Sacarino”, donde se sucedían travesuras, torpezas y éxitos, siempre con humor a raudales.

5. Y todo ello ha pasado a formar parte de ese mundo inconsciente que se forja en la infancia incorporando pautas, criterios y secuencias, que de adulto posiblemente afloran espontáneamente en eso que se llama intuición, corazonadas, juicios y prejuicios, etc.

familia mortadeloCreo que Mortadelo y Filemón, nacidos en 1958 de la mano del fénix de los ingenios, Ibañez, y con vida en 2015 con ese reciente volumen titulado “El tesorero”, cuentan con méritos para ser declarados Patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. Niños y mayores debemos reconocer ese legado, en España y en el extranjero.

6. Era una época en que mi tesoro eran mis tebeos, mi sueño consistía en ser mayor para comprarlos todos, mi afán conocer a tan insólitos personajes…

Lo triste es que de adulto “los tebeos no saben igual”; los comics entretienen pero no es lo mismo; las novelas son otro canal formativo; las películas son maravillosas pero otro tipo de entretenimiento, y por supuesto la tecnología da respuestas pero no ilusiones…

tebeos infanciaAsí que conservo cajas en el trastero con miles de tebeos y no puedo dejar de mirarlas como quien se asoma al panteón donde reposan buenos amigos. Con infinita nostalgia.

No quiero ser injusto con el estupendo “Superlopez” ni con los increíbles “Simpson”, ni con la valentía y gracejo para otras edades que ofrece “El Jueves”, pero parafraseando los versos de las golondrinas de Bécquer, “aquéllos tebeos, aquéllos que te emocionaron, aquéllos que te hicieron sonreír y alejarte de los problemas, aquéllos no volverán”.

 ¡Gracias, Ibáñez!ibañez

3 comentarios

  1. Qué recuerdos, José Ramón. Por cierto te has olvidado de citar a «13, Rue del Percebe», salvando las distancias, se podría decir que lo que ocurre en el edificio se parece mucho a nuestra querida administración.
    Un saludo.

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